En un inicio pensé ayudarte, luego descubrí que no debo interferir ni apoyar algo que no deseo, fui indiferente y dí la espalda a tu construcción. Después de seis meses descubres que no fue suficiente, caes tú, caigo yo, cae la pared sobre los dos.
Golpe tras golpe hacia nosotros, me ves sufrir, te veo soportar sin hablar.
Te despides una vez más, pero ahora con un disfraz de amigo, diciendo finalmente que lo haces por los dos y que fue mi decisión , una frase más familiar que la otra, te vas con el optimismo que en algún momento me enamoró y me abstengo a responder, esperando que a ti te pueda funcionar.
Sé que el dolor nos hace fuertes, pero no me siento bien por darte tanta fuerza, ni por recibir la misma dosis de mi propia medicina.
Existen mil maneras de curar heridas, intento lo mismo que haces y dices lo mismo que pienso. Ya no sé que hacer para no lastimarte, para no lastimarme, deja de hacerme sentir tan culpable por cada acción, ya dije más de lo que tenía que decir y respondí a todas tus preguntas... ya no sé que más hacer.
