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Agua nueva



Es difícil de creer, estaba tan lejos de querer encontrarme nuevamente con el amor, de algún modo, aquel no siempre me sonreía. 
Me hice cómplice de la libertad que no pedí y camuflé toda tristeza en los pedazos de un corazón que solo esperanzaba felicidad. 
Por mucho tiempo llevé una agonía atrapada en las cadenas del quizás, y dentro de la resignación y el olvido simplemente dejé de pensar. 
Junto con este vacío interno y un pequeño antifaz bebí en compañía cada gota de soledad.

Y a la huida de aquel huracán de emociones una llegada impredecible con una sonrisa y una mirada cálida que permanece fresca en mi memoria, lograron liberarme de esas frías y oxidadas cadenas.
Por fin pudo hallarme, quien en una búsqueda inexplicable encontró en mí lo que yo siempre busqué.

Me dejé llevar por una corriente de amor verdadero y felicidad pura, un cardúmen de sentimientos que provenían de un lugar desconocido, donde solo el encuentro de dos almas sinceras lograrían superar cualquier adversidad y con una nueva oportunidad, sin límite alguno entregan cada día todo de sí con el único gran fin de ver feliz al ser amado.