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Bajo la Lluvia




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Siendo 8:27 pm, inicio...
Prendiendo un cigarro y caminando por las calles sin saber a donde ir, no existe sonido alguno que me moleste pero he de notar mucho movimiento, al concentrarme en ciertos detalles como la combinación de los cerros con el cielo a causa de la niebla, o aquella luz roja que parpadea a lo lejos, siento que todo pasa lento y rápido a la vez.
Lento porque así lo noté, sólo en esos instantes que pude captar como imagen fotográfica dentro de mí.
Siento frío, pero no hay viento, sino los árboles bailarían como suelen hacerlo con su compañía.
Camino… y al bajar la mirada siento que un mundo gira bajo mis pies, puedo observar toda la calle iluminada con los juegos de los faroles y las luces de los carros que están a mi lado e inconscientemente sigo, aunque dejó de ser inconsciente cuando lo pensé.

Se acabó el primer cigarro, prendo otro… 
Y sigo…
Pensando en que no debo de fumar, pero en ese momento pude sentirlo como una necesidad, llámenme adicta, si deseen piénsenlo,  difícilmente me va a importar, sin aquellos cigarros la escena no hubiera sido la misma, los instantes no hubieran tenido “ese sentido” que tuvieron para mí. Siento mis manos ásperas y en algunos espacios puedo notar desgaste de piel, para variar, problemas de hígado y ni llego a los veinte.
Veo una paloma pasar y claramente pude sentirme como ella, diferente a las demás, mientras todas duermen, ella esta despierta volando de noche, ¿cuales serán sus razones?, ¿razones? ¿una paloma?... creo que pensé demasiado, aunque… ¿Por qué no?

Un cigarro menos… un cigarro más, un motivo más para sentirme mejor y peor.
Aún más curioso es tener esta lluvia primaveral, que me integra en un cuadro triste y dramático de cualquiera que me viese, pero ¿Por qué así?, ¿acaso una joven de diecinueve años no puede caminar sola, fumando bajo la lluvia en vez de tomar carro y evitar mojarse como todos los demás?... pues esa es la razón, no me considero dentro de aquel grupo llamado “los demás”, por último, me siento bien haciéndolo y eso es lo único que importa. La ropa se seca y mi última y mejor razón es que aprovecho de una lluvia que muchos extrañarán en verano, porque así es la gente, extraña lo que tuvo y ya no tiene, así que ésta sensación tan placentera de sentir gota a gota sobre mi rostro fue estupenda!

Mejor que aquello fue el gran espectáculo de la lluvia iluminada por las luces de los faroles, siendo ella el personaje principal de muchas escenas.

Sucede… que exactamente después de ese instante, descubrí el mejor modo de perderme en la realidad sin fantasear, con una enorme sonrisa puedo decir: gracias lluvia, gracias noche, gracias luna (que a pesar de no verte directamente, pude notar una pequeña iluminación del cielo cubierto por la niebla y supe que estabas ahí; sé que a veces las cosas no son claras, pero sabemos que existen, y no por eso las obviaremos o las olvidaremos, lección aprendida). Por último, gracias estrellas, gracias por no dejarse ver esta noche.

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