expr:class='"loading" + data:blog.mobileClass'>

Aquel...


Recuerdas cuando éramos mejores amigos?, tú me visitabas cuando me necesitabas, yo consolaba tus penas y te aconsejaba. Solo eran alegrías entre tu y yo, podía abrazarte sin limitarme y me sentía protegida al llorar entre tus brazos. Quien podía a imaginar que algo más podría pasar?, sin darnos cuenta sucedió y de pronto no me mirabas del mismo modo, no te sentía como mi amigo al que acudía, de repente te decía amor y no dudabas en besarme.

Recuerdos inolvidables, experiencias grabadas, crecer a tu lado y ser tu enamorada son cosas que jamás podré olvidar. Te entregué a la niña y devolviste a la mujer, pude conocer más de aquel hombre que tuve como amigo y no medí las consecuencias de tanto amor.
Olvidé cerrar por completo mi libro del pasado, no imaginas cuanto me arrepiento de recién haberlo comprobado, el rencor del anterior fue aquella burbuja que envolvió mi corazón, razón de cada limitación, no se equivocaron al decir que "los inocentes pagan por los pecadores", sin escusar mis errores, no me queda más que aceptar cada uno con la mirada hacia abajo, no me vi obligada a cometerlos y no los recordaría  si no hubieses sido tú a quien tanto lastimé.
Perdí inconscientemente aquel amigo e inevitablemente aquel amor, conociste mil facetas mías y soportaste las peores, desde aquella niña inmadura que sólo vivía sin pensar, hasta esa mujer que creía que todo lo sabía. 

Mostrándote en el comienzo del final lo peor de mí, pensando que las cosas serían más sencillas así, nuevamente me equivoqué. Aún no siendo mi amigo, aprendí mucho contigo desde esas preguntas inexplicables que surgían en cada conversación de madrugada, hasta aquellas llamadas de atención que me dabas cuando me equivocaba, pero  algo que nunca llegué a descubrir, fue como lograbas tener a toda mi familia en la sala, sólo con tu llegada.

Después de tanto tiempo no siento perderte, pero sé que ese momento llegará y cuando suceda, cuando realmente llegue alguien más a tu vida no podré juzgarla o aprobarla, como lo suelo hacer con mis amigos, porque difícilmente creeré que cualquier mujer pueda merecer al único hombre que me hizo dejar de pensar que "todos son iguales". No imaginas cuanto quisiera no entenderte y tan solo corresponderte como mereces, pero no puedo, lo siento. 

El último deseo

Camino de un lado a otro, con el corazón acelerado y una pequeña presión en el pecho, sin embargo siento gran ansiedad por descubrir quien se atreverá a liberarme ahora y permitirá que yo haga sus sueños realidad. 
Sentado aquí en mi cama, recuerdo a mi última ama...
desde un inicio la veía temerosa con sus deseos, sé que ella sabía lo que quería profesionalmente, los viajes que haría, sin olvidar mencionar cada objetivo por cumplir, sin embargo, con el tiempo sentí que ella temía equivocarse al pedir sus deseos.
Desde un inicio traté de ayudarla, buscamos entre sus sueños y escapábamos de la realidad.
Yo intentaba de entender lo que ella quería y mientras más tiempo pasaba... fui sintiendo un compromiso que me hacía depender de su elección.
Ella me liberó! mas me hizo preso de su amor y sin darme cuenta mi botella ahora...era su corazón.
Pienso, sé que soy un genio pero tengo deseos también y mientras dejábamos el tiempo pasar, con la gran escusa de no pedir el "último deseo" pude descubrir que lo que ella tanto quería, lo tenía... era mi compañía.

Me encontraste

Dejó de ser un día normal al recibir aquella solicitud, quien iba a imaginar que después de eso todo cambiaría, te acepté sin creer que después de conocerte querría que formes parte de mi vida.
Me agregaste por una razón en especial, pero sé que no imaginaste que despues de hablar, existiese gran emoción por conocernos,  gracias por hacerlo, quizá nada de esto y aquello hubiese sucedido si no fuese por ese pequeño gran detalle.
Lo mejor fue no esperar y comprobar aquel día si todo era tan lindo como parecía, así fue, quizá mucho mejor de lo que imaginé.
No quería que terminase aquella noche e irme así, no podía soportar aquellas ganas de probar tus besos por primera vez, pero quien dió el primer paso fuiste tú.
Y asi fue, no pudimos evitar el primer beso a la luz de los faroles de ese enorme parque, testigo quizá de mil romances, de mil comienzos, sumándose uno más... el nuestro.
Fue perfecto porque fue inesperado, por un momento quizá nos detuvimos en el tiempo y olvidamos los comentarios que pudiesen existir y finalmente pude vernos bajo las estrellas a través del brillo de tus ojos.